El Temple y el ribât
"A menudo se ha considerado que la rábida musulmana, el ribât, había influido en la creación de las órdenes y, principalmente, en el Temple. La primera observación que hay que tener en cuenta es el significado del término. Tradicionalmente, sobre todo por parte de la historiografía hispánica, se ha entendido la rábida como un centro militar fortificado situado en la frontera donde los murabitun acudían a realizar una especie de servicio temporal, a la vez militar y religioso. Con esta definición, la asociación entre los ribât y las órdenes militares parecía evidente.
Sin embargo, la definición de 'rábida' resulta mucho más compleja. A pesar de no tener una tipología arquitectónica determinada, hay rábidas que corresponden al modelo de convento-fortaleza, como la de Susa y Monestir en Túnez, o la de las dunas de Guardamar, en Alicante. Sin embargo, un ribât era un lugar cualquiera desde donde se podía llevar a cabo la guerra santa (yihâd); por este motivo, a partir del siglo XI el nombre fue adquiriendo cada vez más el significado de un lugar donde los sufíes desempeñaban prácticas piadosas, sin necesidad de estar relacionado con las funciones militares ni de estar en la frontera. Las numerosas rábidas (La Rábida, Serra de Arrábida...) que han dejado impronta en la toponimia de la Península (en la Cataluña Nueva, Mallorca, Valencia, Portugal...) no parecen corresponder a ningún establecimiento musulmán de tipo militar, excepto en el citado caso de Guardamar.
También se ha relacionado el ribât con la cofradía de Belchite, principalmente porque ésta, como otras cofradías militares, tenía miembros que servían allí de forma temporal. A pesar de todo, resulta difícil interpretar, como a veces se ha hecho, que la cofradía fue el origen de la orden del Temple, ya que su concepción era diferente: mientras los primeros templarios se definían como religiosos que querían seguir una regla, hacían votos e ingresaban en la Orden para el resto de su vida, las cofradías agrupaban simplemente a caballeros con ganas de luchar sin compromiso de permanencia (por este motivo muchas cofradías acabaron integrándose en órdenes militares). Si embargo, como en territorios y situaciones en contacto no resulta extraña la circulación de influencias, los estudiosos consideran que la relación debe plantearse entre guerra santa y yihâd en lugar de entre Temple y ribât y los milites ad terminum (los caballeros que no hacían votos perpetuos para entrar en una orden militar, sino que se comprometían durante una época de su vida).
El Temple, como las órdenes militares, fue una creación de concepción cristiana. A pesar de ello, no se puede rechazar completamente una relación de confluencia o de reinvención de las instituciones musulmanas desde una perspectiva occidental, ya que los contactos y las circunstancias en que actuaron eran parecidos".
[Joan Fuguet y Carme Plaza, Los templarios, guerreros de Dios. Entre Oriente y Occidente, Rafael Dalmau Editor, Barcelona, 2012, pp. 46-47].
(Nota de la Redacción: Queremos agradecer al islamólogo español Halil Bárcena, director del Instituto de Estudios Sufíes de Barcelona, la gentileza al hacernos conocer este interesante texto que aquí reproducimos).
También se ha relacionado el ribât con la cofradía de Belchite, principalmente porque ésta, como otras cofradías militares, tenía miembros que servían allí de forma temporal. A pesar de todo, resulta difícil interpretar, como a veces se ha hecho, que la cofradía fue el origen de la orden del Temple, ya que su concepción era diferente: mientras los primeros templarios se definían como religiosos que querían seguir una regla, hacían votos e ingresaban en la Orden para el resto de su vida, las cofradías agrupaban simplemente a caballeros con ganas de luchar sin compromiso de permanencia (por este motivo muchas cofradías acabaron integrándose en órdenes militares). Si embargo, como en territorios y situaciones en contacto no resulta extraña la circulación de influencias, los estudiosos consideran que la relación debe plantearse entre guerra santa y yihâd en lugar de entre Temple y ribât y los milites ad terminum (los caballeros que no hacían votos perpetuos para entrar en una orden militar, sino que se comprometían durante una época de su vida).
El Temple, como las órdenes militares, fue una creación de concepción cristiana. A pesar de ello, no se puede rechazar completamente una relación de confluencia o de reinvención de las instituciones musulmanas desde una perspectiva occidental, ya que los contactos y las circunstancias en que actuaron eran parecidos".
[Joan Fuguet y Carme Plaza, Los templarios, guerreros de Dios. Entre Oriente y Occidente, Rafael Dalmau Editor, Barcelona, 2012, pp. 46-47].
(Nota de la Redacción: Queremos agradecer al islamólogo español Halil Bárcena, director del Instituto de Estudios Sufíes de Barcelona, la gentileza al hacernos conocer este interesante texto que aquí reproducimos).
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