Un caballero llamado Abdelkader
"El caballo es su sola distracción regular. Sale a realizar largos paseos, solo, para admirar apasionadamente cada meandro de la naturaleza desde su cuerpo bien formado. Le habla a la naturaleza, a las más pequeñas briznas de hierba, así como a los animales que encuentra, pero sobre todo a su caballo preferido, que, dado su rango, es obligatorio que sea un caballo negro, sobre todo en determinadas fiestas y ceremonias".
[Bruno Étienne, Abdelkader, Hachette, Paris, 1994, p. 116].
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.