La fatà il·lâ 'Alî

La fatà il·lâ 'Alî
"Has de saber que aquel que realiza la Futuwwah
es situado delante, cerca del Señor de los hombres.

Preferir el otro a sí mismo, he ahí el adorno del caballero (fatà).
Sea este quien sea, honor a él.

La impetuosidad de las pasiones no lo agitan,
siempre firme como una montaña.

Ninguna pena lo aflige, ningún miedo lo despoja
de sus nobles virtudes en el fragor de su combate.

Mira cómo, él solo, ha derribado los ídolos.
Así es él: suave y duro a un tiempo".

Ibn 'Arabî (Murcia, 1165-Damasco, 1240)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Futuwwah y 'fitra'

Futuwwah y naturaleza primordial (fitra)




"Se entra en la Futuwwah gracias a un ritual de iniciación que comporta tres modos de compromiso: por la palabra, por la recepción de la palabra y por la participación en la copa ritual. La actividad de los compañeros, ligados por un acto de fraternidad se convierte así en un servicio de caballería, de tal manera que todo compañero es un yavânmard. Cuando, por ejemplo, el peregrino (sâlik) o el homo viator se libera de los lazos carnales, en el transcurso de su peregrinación interior, llega a la estación del corazón, es decir, a la morada de la juventud. La palabra persa yavânmard, fatà en árabe, designa a aquél en quien se realizan las energías espirituales; y es con esta ética de pureza con la que la Futuwwah se extiende a las asociaciones de oficios [asnâf] y penetra todas las actividades profesionales tiñéndolas de un sentimiento de "servicio caballeresco" con sus ritos de iniciación, sus grados, sus secretos y su pacto de fidelidad. Respecto a dicho pacto de fidelidad, equivale a permanecer fiel a la naturaleza fundamental del hombre, fitra, revelada en la pregunta que Al·lâh le dirige al propio hombre en la pre-eternidad: "¿Acaso no soy yo vuestro Señor?" ["¿A lastu bi-Rabbikum?]. Dicha naturaleza inicial determina toda la antropología del hombre espiritual, de la misma manera que orienta el sentido de su búsqueda cuyo fin es el Retorno entre los suyos, al mundo al cual pertenece".

[Daryush Shayegan, Henry Corbin. La topographie spirituelle de l'islam iranien, Éditions de la Différence, París, 1990, p. 110].     

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