El código de honor del artesano
"Según la perspectiva del islam, que recalca la supremacía absoluta de los derechos del Creador sobre los de la criatura, la creatividad artística no es otra cosa que una predisposición (isti'dâd) que Dios en ha puesto en el hombre para ayudarlo a avanzar en el sendero que lleva de nuevo a Él. El artista, pues, no es otra cosa que un siervo de Dios entre otros; no pertenece a ninguna categoría excepcional; para mejor desempeñar su papel entre la colectividad, incluso es preciso que, 'desapareciendo' y con un servicio desinteresado, se convierta en un intérprete lo más transparente posible de la Tradición que lleva en sí mismo. De ahí la relación que siempre ha existido, en los artistas musulmanes, entre la práctica de las virtudes y la excelencia del trabajo profesional. "A Dios le gusta, cuando uno de vosotros emprende una cosa, que la haga perfectamente", había recomendado el Profeta [Muhámmad]. Y puede afirmarse que este consejo se ha seguido al pie de la letra, en particular por parte de los artesanos de los gremios y hermandades de toda la época clásica, para quienes el pacto artesanal era un código de honor profesional unánimemente respetado".
[Jean-Louis Michon, Luces del Islam. Instituciones, arte y espiritualidad en la ciudad musulmana, J. J. de Olañeta editor, Palma de Mallorca, 2000, p. 58].
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