Adab, la cortesía espiritual
"Un
término usado a menudo por los sufíes se encuentra también en la mayoría de las
lenguas de los pueblos musulmanes. Se trata de adab, cuyo significado es
comportamiento, cortesía, cultura, discurso refinado, literatura, correctas
actitudes éticas, y muchas otras cosas más. Realmente, resulta intraducible y
tal vez debería ser utilizado directamente en su forma árabe, como ocurre con karma o guru, que han entrado en nuestra lengua
recientemente procedente del sánscrito o, incluso, yihâd del árabe. Todas las sociedades
tradicionales han tratado de inculcar sus propias formas de adab entre los miembros de
una sociedad desde la infancia, y la civilización islámica no es una excepción.
Para los musulmanes tradicionales, el adab abarca todos los aspectos de la
vida desde el saludo a la comida, desde cómo sentarse en un encuentro a la
forma de entrar en un lugar de culto. Por lo que hace a la quintaesencia del adab, ha estado siempre asociado por los
sufíes con las acciones y palabras del Profeta [Muhammad]. Adab es también las maneras de
controlar las pasiones, que a menudo afectan y originan las acciones humanas.
Es, igualmente, una forma de formalizar los actos humanos de tal manera que
generen armonía y belleza, y no desorden y fealdad. El adab disciplina incluso el cuerpo y
extrae su dignidad innata y su naturaleza teomórfica, al tiempo que nos enseña
a conducirnos a nosotros mismos de una forma digna del estado humano.
Su objetivo
es controlar el ego y las pasiones e inculcar las virtudes de humildad y
caridad dentro del alma humana, así como ayudar a que aflore el aspecto
majestuoso de nuestra existencia. Por ello, está
estrechamente relacionado con la disciplina espiritual y resulta de enorme
valor a la hora de realizar actos bondadosos. El adab nos enseña a disciplinarnos a
nosotros mismos y a preparar el alma para el sacrificio supremo de su voluntad,
presentándose ante el altar del Absoluto, que es también Verdad, Belleza, Amor
y Bondad, cualidades que se reflejan de una u otra forma en el adab quintaesencial del islam
tradicional, más allá de toda idiosincracia étnica o cultural. Nadie en la
senda hacia el Jardín puede estar desprovisto interiormente de adab".
[Seyyed Hossein Nasr, The
Garden of the Truth. The Vision and Promise of Sufism, Islam's Mystical
Tradition, HarperOne, Nueva
York, 2007, pp. 89-90].
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