Zûrjâne, un arte marcial persa
"El gimnasio tradicional iraní,
zûrjâne, cuya traducción literal sería la casa de fuerza, es una de las
instituciones más antiguas de Irán y posiblemente date del periodo preislámico,
aunque la mayor parte de las teorías sobre su origen no están suficientemente
documentadas. Para algunos, el origen de esta simbiosis entre sufismo, valentía
y defensa de los desamparados es una manifestación del nacionalismo iranio
frente a las sucesivas invasiones desde el periodo islámico. Aunque
evidentemente la destreza física desempeña un papel importante en el
entrenamiento de estos atletas, también hay un importante componente
espiritual. El diseño de estos lugares es semejante a los pabellones o
conventículos utilizados durante la época islámica en Irán por cofradías sufíes
o caballerescas (futuwwah). Los luchadores se ejercitan con unos grandes mazos
de madera (mîl), rodetes de madera y cadenas de distintos grosores (kabbâdeh)
(...).
Las primeras noticias
detalladas sobre los espectáculos que se celebraban en estos gimnasios proceden
de la época safávida, y en muchos casos, de los relatos de los viajeros
extranjeros como Chardin, Tavernier o Niebuhr. Posiblemente no sea casual que
durante el periodo safávida hubiese una proliferación de estos gimnasios, ya
que muchos elementos del combate espiritual del chiísmo duodecimano están
presentes en la concepción y ejecución de los ejercicios realizados por los
gimnastas. El pequeño coso (gowd), al igual que en la ceremonia de la danza
mística (samâ') es un espacio sagrado. Los luchadores acceden a él a través de
una puerta estrecha y besan la arena del coso en señal de respeto. Dentro del
recinto hay un escaño reservado para el miembro más veterano del grupo, o el
maestro, quien será el encargado de marcar el ritmo de los ejercicios mediante
un pequeño tambor al tiempo que recita poemas de los grandes poetas clásicos
persas.
La síntesis entre la lucha
interior y el combate exterior fue realizada por un maestro del siglo XIV,
Pahlavân Mahmûd Khârazm, cuyas enseñanzas han inspirado a la mayor parte de
estas escuelas o gimnasios. En el recinto del zûrjâne, al igual que la cofradía
(tarîqat) sufí, no hay distinciones sociales, los hombres se presentan con el
torso desnudo y aprenden mediante el respeto y el autocontrol a canalizar su
fuerza. Para los ejercicios individuales cada atleta pide permiso al maestro
antes de comenzar su ejecución y en todo momento se somete a las órdenes de
aquél (...)".
[Alfreg G. Kavanagh, Irán por
dentro. La otra historia. Guía cultural de la Persia antigua al Irán moderno,
J. J. de Olañeta editor, Palma de Mallorca, 2010, pp. 561-563].
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